Sobre mí

quotes

“El cuerpo humano tiene un funcionamiento realmente asombroso. Aún quedan muchos aspectos por descubrir, y existen múltiples enfoques interesantes que, al integrarse, permiten ofrecer un tratamiento más profundo y adaptado a cada persona, por lo que la formación continua es fundamental en mi labor como osteópata.”

Retrato profesional de Amaia Cano, fisioterapeuta y osteópata en Donostia - San Sebastián, especializada en acompañamiento terapéutico y salud integrativa.
Amaia Cano completando la historia clínica de una paciente durante una consulta personalizada en Donostia - San Sebastián.

Formación

  • Diplomada en Fisioterapia en la Universidad de Zaragoza. Nº colegiada: 1290. 2003-2006
  • D.O. Osteopatía. Conservatoire Supérieur d’Ostéopathie Français de Toulouse. 2008-20013
  • Fiit concept. Fisioterapia integrativa (aúna osteopatía, medicina china y naturopatía). 2023-2024
  • Formación sobre nervio vago y sistema nervioso. 2024
  • Trauma e infancia. Sistema nervioso y autoregulación. 2024
  • Gimnasia Abdominal Hipopresiva
  • Postgrado de osteopatía en Micronutrición. CSOF. Toulouse
  • Abordaje del sistema digestivo a través de la PNI
  • Curso de neurodinamia
  • Curso de Razonamiento clínico en fisioterapia

Experiencia

Del presente hacia el pasado:

 

  • Consulta privada propia en Donostia 2022-actualidad
  • Centro deportivo Hegalak 2015-2021
  • Mi propia consulta privada en Toulouse 2010-2015
  • Centro de adultos con daño cerebral adquirido 2009-2012
  • Clínicas privadas en Francia; Isla Réunion, Toulouse, Isla Guadalupe 2007-2015
Amaia Cano realizando movilización terapéutica de la pierna durante una sesión de fisioterapia en Donostia - San Sebastián.

Mi recorrido

      Desde siempre he sido una persona curiosa, con muchas inquietudes y ganas de aprender. Durante el instituto, me interesaban varias carreras, pero ninguna terminaba de convencerme. El área de la salud me llamaba especialmente la atención, pero descarté rápidamente opciones como medicina o enfermería, ya que la sangre no era lo mío.

      Fue entonces cuando una amiga, Ane Iriondo, me contó que una universidad de Cataluña iba a dar una charla sobre fisioterapia. Nos pareció interesante y allí fuimos tres amigas. Debieron ser muy convincentes, porque las tres acabamos estudiando fisioterapia.

      Durante este proceso de búsqueda, mi madre me habló de Marisa Aramendia, una fisioterapeuta que había estudiado osteopatía en Francia. A través de ella, descubrí esta disciplina y quedé fascinada con lo que me enseñó y me contó sobre su enfoque. Sin embargo, en aquel momento estudiar osteopatía en Francia suponía un gran desafío: un idioma que no dominaba, vivir fuera de casa por primera vez, un presupuesto elevado y, sobre todo, la incertidumbre de no saber con certeza si la osteopatía era realmente lo que quería.

Imagen simbólica de baobabs que representa el recorrido profesional y la conexión con las raíces en el proyecto terapéutico de Amaia Cano, Donostia - San Sebastián.
Collage de experiencias personales de Amaia Cano, reflejo de su recorrido vital y profesional como fisioterapeuta y osteópata integrativa en Donostia - San Sebastián.
Amaia Cano en un encuentro nocturno con una tortuga marina, como parte de su recorrido personal conectado con la naturaleza y el respeto por los ciclos vitales.

 

      Por ello, opté por lo seguro: comencé con la carrera de Fisioterapia, aprendí francés poco a poco y elegí una asignatura optativa llamada «Introducción a la Osteopatía» para seguir explorando esta disciplina. Aunque la fisioterapia me parecía interesante, sentía que no encajaba del todo conmigo. Sentía que su enfoque protocolizado limitaba la comprensión del cuerpo como un todo, y echaba en falta una perspectiva más global e integradora de su funcionamiento. Siempre he creído que tratamos personas, no solo sus síntomas o partes del cuerpo. Cada paciente es único, y su bienestar depende de un equilibrio global.

      Aun así, completé la carrera con la idea de seguir aprendiendo y explorando. Convencida de que la osteopatía era el camino que realmente me interesaba, decidí pasar un año en Francia para perfeccionar el idioma y ganar experiencia como fisioterapeuta. Y, por un giro inesperado del destino, ese año lo pasé en Isla Reunión, un departamento francés en el océano Índico que considero un auténtico paraíso: mar, montaña (con un pico de 3.000 metros), un volcán activo y una gente increíblemente acogedora. Durante ese tiempo, trabajé como fisioterapeuta y, tras un año allí, pasé otros seis meses viajando por Madagascar, Mauricio, Isla Rodrigues y Mayotte, experiencias que enriquecieron mi vida de una forma indescriptible.

      Después de esa etapa, ya con un mejor nivel de francés, me trasladé a Toulouse para comenzar mis estudios de osteopatía en la Conservatoire Supérieur d’Ostéopathie Français de Toulouse. Fueron cinco años intensos y exigentes, con muchas horas de formación teórica, práctica y evaluaciones rigurosas, todo ello mientras trabajaba en clínicas privadas. Durante esos años, mi trayectoria profesional pasó por distintas etapas: primero trabajé en una clínica privada, luego en un centro especializado en pacientes con daño cerebral adquirido y, en mi tercer año, decidí abrir mi propia consulta en Toulouse junto con una compañera.

      Tras finalizar mi formación, permanecí dos años más en Toulouse, con un breve paréntesis de cuatro meses en la isla de Guadalupe Francesa, hasta que en 2015 decidí volver a San Sebastián.

      De regreso a casa, comencé a trabajar en Hegalak, donde disfruté enormemente de mi profesión y aprendí muchísimo de mis compañeros y compañeras. Permanecí allí seis años, pero tras un problema de salud sentí la necesidad de un cambio. Tras una pausa profesional, realicé sustituciones en Hendaya hasta que finalmente decidí establecerme por mi cuenta en Donosti, donde actualmente ejerzo.

      Hoy en día, la osteopatía y su filosofía siguen siendo la base de mi trabajo. Sin embargo, como persona curiosa con una visión integral del cuerpo humano, sigo formándome en distintas áreas para ampliar mis conocimientos y ofrecer a mis pacientes un enfoque cada vez más completo y personalizado.

      Y en paralelo, sigo avanzando en mi propio proceso de autoconocimiento y salud, para poder acompañar mejor a mis pacientes, ofreciendo una mirada más consciente y profesional que favorece un tratamiento más profundo y efectivo. Como terapeuta, estoy convencida de que el trabajo sobre mí misma es esencial.